LA CAPACIDAD’ DECISIONAL DEL MOVIMIENTO

LA CAPACITA' DECISIONALE DEL MOVIMENTO

Palabras clave: la toma de decisiones, el movimiento voluntario, movimientos involuntarios, la unidad de motor, neuronas motoras, sensoriales órganos, psicología deportiva, la estrategia, la emoción, la lectura de la moción, la anticipación de motor, motor de memoria, engramas, el aprendizaje.

 

INTRODUCCIÓN

La motricidad humana se basa en una ley científica inevitable: cada movimiento se debe a un impulso nervioso que permite la realización en el tiempo más o menos corto.

Hay dos tipos de movimientos: 1) los voluntarios, realizados con conciencia, que se desarrollan a través de los estímulos obtenidos de los órganos de los sentidos (ojos, nariz, oídos, lengua, piel, etc.) que, siguiendo el trayecto de la médula espinal y subiendo por el tronco encefálico y el cerebelo, llegan a la corteza cerebral; la información proveniente de los órganos sensoriales se combina con la ya presente en el área de asociación frontal del cerebro, que proviene de la memoria de experiencias pasadas, para tomar la decisión del acto motor a realizar. Luego, la nueva información se envía, a través del tronco encefálico y la médula espinal, a los músculos afectados para producir movimiento. 2) Los movimientos involuntarios (o reflejos) también se producen por el estímulo de los órganos de los sentidos pero, una vez pasados ​​por la médula espinal, se resuelven a nivel del tronco encefálico y del cerebelo, sin llegar a la corteza cerebral y, por tanto, sin ser traído a la conciencia. Precisamente por eso el movimiento que se produce es inmediato.

 

LA CAPACIDAD' DECISIONAL DEL MOVIMIENTO

 

LEARNING, automatización y MOVIMIENTO DE PERFECCIÓN

No hace falta decir que cualquier movimiento surge como voluntario. Cuando, por ejemplo, en el deporte aprendemos un nuevo gesto técnico, procedemos por ensayo y error y pensando (conscientemente) en todos los detalles que lo caracterizan (patear la pelota: correr, parar el pie de apoyo a la distancia adecuada, patear con la posición correcta del pie, percepción de la trayectoria, etc.). La técnica se basa en movimientos parciales voluntarios, en los que el excesivo control atencional los vuelve rígidos, torpes, discordantes y fatigosos. El sistema nervioso central de un principiante desconoce la correcta secuencia de movimientos que generan el gesto técnico específico, no logrando la contracción y descontracción de la musculatura en la medida y tiempos adecuados, activando más músculos de los necesarios (el músculo agonista produce una fuerza excesiva que el antagonista debe oponer para contenerlo).

Una vez que adquiera más experiencia será posible crear un determinado movimiento de una manera más automática y casual, sin pensar ya en las características fundamentales que lo determinan, sino centrándose en otros detalles que perfeccionan su ejecución. Los movimientos de la vida cotidiana, por ejemplo, son automáticos en un 80% (vestirse, cepillarse los dientes, beber un vaso de agua, escribir, conducir, etc.), precisamente porque se han realizado miles de veces. Según Schinner, el patrón motor de un acto de complejidad media-alta se estructura establemente después de unas 3000 repeticiones. A partir de aquí se empieza a hablar del aprendizaje motor, descrito a lo largo de los años por numerosos autores y estudiosos. Tolman habla de M.A.M. (Motor Learning Maps) como mapas cognitivos, modelos cuya asimilación se produce a través de varios procesos tendientes todos a la adquisición de experiencia, fácilmente asociados con la memoria motriz y el engrama motor. El M.A.M. se desarrollan en 4 fases:

  1. Proyecto – el estudiante creará un modelo mental basado en la información de que dispone: recuerdos, explicaciones, demostraciones, etc.
  2. Ejecución – prueba el movimiento tomando conciencia del resultado positivo o negativo alcanzado
  3. Adaptación – efectúa las modificaciones que la experiencia y / o el maestro le han sugerido (feedback)
  4. Consolidación – ejecutar un buen número de repeticiones para perfeccionar el proyecto y crear una estructura neuronal, el patrón de movimiento.

Todas estas funciones son posibles gracias a un sistema llamado, precisamente, la memoria de motor, que consta de circuitos formados por muchas neuronas conectadas entre sí, cada uno de los cuales controla una fase parcial de un movimiento. Cada vez que se aprende un movimiento forma un nuevo circuito, que sigue siendo grabada en este área del cerebro (memoria) y se activa cada vez que un impulso nervioso, será necesario que tipo de movimiento. Esto explica, entre otras cosas, debido a que ciertos movimientos similares interfieren entre sí: “mientras lanzo la pelota de baseball me sale el servicio del tenis”o “mientras ejecuto un rol hacia delante me viene la caída del judo”. De hecho, los impulsos nerviosos tienden a seguir el viejo “trazados”, Que corrigen el camino se hace muy difícil, pero posible si usted tiene una gran memoria de patrones motores, ya que permite el aprendizaje más fácil de nuevos movimientos.

El área del cerebro que se activa en la memorización motora es el área temporal, en especial la del hemisferio derecho. Pero, en general, el movimiento y también su memorización se componen de muchos factores, que activan diferentes áreas cerebrales involucradas en este procedimiento. De hecho, el área del hipocampo (la parte más interna del cerebro) registra la memoria espacial; también en la zona más interna del cerebro, en una zona denominada amígdala, se produce la recuperación de la memoria emocional; el verbal se ubica en la corteza frontal del hemisferio izquierdo; el espacio-tiempo asociado (el dónde y el cuándo) en la corteza frontal izquierda y derecha; la memoria visual se ubica a nivel del lóbulo occipital; el de los sonidos y melodías en el lóbulo occipital derecho.

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LA ACTIVIDAD’ CEREBRAL EN EL DEPORTE

En situaciones de competencia, la actividad cerebral de los atletas está en los niveles más altos; es extremadamente tenso, atento y concentrado en sus propios movimientos (gimnasia, clavados, patinaje, etc.) o en los de sus oponentes (tenis, voleibol, deportes de combate, etc.). En estas situaciones queda claro cómo la experiencia del deportista juega un papel fundamental en la gestión de todas las circunstancias que se producen, poniendo en marcha una actividad cognitiva con el fin de realizar un movimiento coordinado y adecuado y una respuesta rápida derivada de una decisión. Por tanto, se pretende leer y analizar la situación que se presenta en un momento dado y compararla con las propias experiencias pasadas (área de asociación frontal – memoria motriz), en busca de una estrategia para responder al movimiento.

En este estado de alta actividad cerebral, el atleta pantallas de antelación (recordando una imagen) el movimiento que está tratando de realizar, creando una especie de gesto de la prueba final. Volviendo a la fase de aprendizaje, de acuerdo con la “teoría de refuerzo” de Schinner, el individuo aprende cuando la respuesta le da una recompensa (es necesario comprobar periódicamente el estado actual). Está claro, pues, que el atleta carente de experiencia necesaria para obtener el “gratificación”, fruto de interminables horas de práctica imprescindible para el aprendizaje del gesto técnico, no puede tener un recuerdo evidente y claro de una imagen para ejecutar el movimiento correcto. La acumulación de experiencia en un atleta le permite, a través de varios intentos, desarrollar espontáneamente un movimiento cada vez más preciso.

Sin embargo, en las competiciones de los más altos niveles, todos los atletas tienen un nivel de experiencia muy alto que les permite realizar gestos técnicos con soltura. En deportes donde es necesario reaccionar en muy poco tiempo a los movimientos de un oponente, la lectura de la situación cobra mucha importancia y, de nuevo, la experiencia nos permite captar hasta el más imperceptible de los detalles. Imaginando una situación en la que dos atletas, con la misma motricidad y cantidad de experiencia, tuvieran que ser comparados, ¿quién ganaría? ¿Qué factores serían determinantes para que uno prevalezca sobre el otro?

 

EMOCIONALIDAD ’ Y EXPRESIÓN DE SI MISMO

A menudo, los atletas son juzgados por sus habilidades técnicas/atléticas que pueden desplegar durante una competencia, sin preguntarse por qué un atleta en particular tiene ciertas habilidades. Hablando de habilidades condicionales (fuerza, resistencia, velocidad, flexibilidad y equilibrio) podemos referirnos a la genética, si pensamos en el aspecto puro (sin entrenamiento específico) de cada una de ellas presente en el ADN del deportista. Considerando, en cambio, el aspecto psicológico, qué estrategias se ponen en marcha para ganar o cómo reaccionas ante una situación dada, uno no puede detenerse en las características “científicas”, Medido por las pruebas o sobre la base de los resultados deportivos, e incluso la actividad cerebral, difícil pero posible respuesta más.

Todo deportista, como ser humano, está dotado de una esfera emocional que, junto con el pensamiento, juega un papel fundamental en la existencia de un individuo. A diferencia de la esfera racional, que actúa en base a evidencias objetivas, la esfera emocional se guía por la intuición inmediata, se manifiesta en un tiempo mucho más breve que la primera y de forma inconsciente. A cada uno de nosotros le habrá ocurrido descartar a un oponente, parar un golpe o realizar un movimiento sin saber cómo hacerlo. Pues bien, también en la lectura de una situación de juego, del movimiento de un oponente e incluso en la metodología y en la modalidad de aprendizaje, hay aspectos de la esfera emocional personal que influyen decisivamente en la capacidad de toma de decisiones y la actividad cerebral.

Volviendo a la competición y a la lectura de la situación de la competición, siendo un deportista, entendido como un individuo, diferente a cualquier otro, tendrá unas habilidades de interpretación distintas y, se puede decir, únicas, que dependen de muchos factores, entre ellos el personal. esfera emocional y el estado emocional en esa situación particular. El deportista que emocionalmente tiende a sufrir una situación, tendrá como primera reacción la defensa ante el ataque de un adversario; el que, por el contrario, se muestra más abusivo, concebirá el propio ataque del adversario como una oportunidad directa de contraataque. Esto no significa que los atletas “agresivos” siempre prevalece sobre el otro, sino que está destinado a poner de relieve cómo entender y manejar sus emociones, para encontrar un oponente y ser capaz de relacionar el momento de la competición, puede ser la clave para resolver la situación de la carrera a su favor.

 

CONCLUSIÓN

La capacidad del motor que más se acerca a este concepto se denomina transformación (o la anticipación de motor), es decir, la capacidad que nos permite variar una acción que tiene lugar en función de’ desarrollos en estas áreas. Sin embargo, esta importante habilidad, incluso si bien entrenado, no es por sí mismo capaz de hacer a obtener el control absoluto de un adversario, ya que su ejercicio siempre se produce en respuesta a sus movimientos. Para comprender e interpretar los movimientos de un oponente y la situación que se producirá como resultado, es necesario actuar con antelación, tienen la capacidad de mirar no sólo a través de los ojos, pero también a través de las emociones.

En el “Gorin no Sho” il Samurai Miyamoto Musashi (1584-1645) habla de “dos formas de ver, kan y ken”, Explicar cómo observar a un oponente. Se distingue del '” ojo de ken”, Que reconoce la figura del rival como se refleja en la retina del ojo, y el '” ojo de kan ”, que se lee dentro del alma del oponente. Evidentemente, este concepto se refiere a aspectos filosóficos muy lejanos a nosotros en cuanto a edad y cultura, el oponente del que estamos hablando era un enemigo a eliminar y prevalecer sobre él era cuestión de vida o muerte. Aunque el deporte occidental se basa en una cultura diferente, este concepto se interpreta como victoria o derrota, por lo que prevalecer sobre un oponente se ha mantenido, de la misma manera, como el objetivo principal. Aquí, entonces, podemos extraer de la filosofía de las artes marciales orientales la capacidad de relacionarnos emocionalmente con un oponente para leer sus movimientos y crear una situación a nuestro favor; o incluso aprender a gestionar las propias emociones según la situación del partido, para deportes en los que no existe una relación tan directa con el adversario.

En Kendo (esgrima japonesa), por ejemplo, las técnicas se realizan en tiempos y espacios muy reducidos, donde para estar preparados para un ataque repentino o para golpear sin vacilar en el momento oportuno, cobran relevancia dos factores: el primero es cómo realizar la técnica apropiadamente, y la segunda es la actitud espiritual (emocional) del practicante. ¿Por qué los jóvenes en toda su fuerza no logran golpear a los maestros mayores con mucha experiencia? ¿Por qué son los maestros mayores los que golpean a los jóvenes? Quizás se pueda decir que depende del proceso fisiológico de maduración que forma parte del desarrollo del ser humano y que va mucho más allá de la motricidad. En el deporte occidental la fisicalidad y la edad biológica juegan un papel mucho más importante que en las artes marciales, pero si pudiéramos considerar también un desarrollo de las capacidades emocionales de un deportista, como deportista pero sobre todo como persona, deporte y competición se beneficiaría de ello.

Por el momento la metodología NEUROMOVE está trabajando para estudiar la esfera emocional de sus alumnos, con lo que los nuevos objetivos de la investigación en el movimiento humano.

 

Referencias

  • “El sistema nervioso y el movimiento” – www.libero.it
  • “KENDO – Introducción a la práctica” – Hiroshi Kanzaki
  • “El sistema de PSI.CO.M” – Fundación Carmelo Pittera
  • “Anatomía Humana” – Martini, Timmons
  • “Gorin no Sho” – Miyamoto Musashi

 

 

AUTOR

Giacomo Pezzo

 

 

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